lunes, 26 de abril de 2010

Sesión 12: Perdón y Reconciliación

EL PERDÓN
Por: Raquel Levinstein

INTRODUCCIÓN

Siempre se habla de perdonar para no estar atado e inmovilizado en las redes del resentimiento, sin embargo muy pocos saben cómo hacerlo. Para esto hay que conocer las leyes de la mente y la influencia que ejerce tanto el resentimiento como el perdón sobre los estados mentales, así como la influencia de la mente ejerce sobre la realidad exterior.
Recordando la frase “la verdad os hará libres” sabemos que sólo con la verdad es posible aspirar a la genuina libertad, la que surge de tu interior. Al entender y conocer cómo se genera el resentimiento, encontramos las pautas para dejar de resentir.


JUSTIFICACIÓN

Vamos a revisar varios conceptos y así intentar entender cómo funcionamos los seres humanos y qué es lo que hacen el resentimiento y el perdón en nosotros:

Hay una relación muy estrecha entre 4 aspectos:

• las emociones
• los sentimientos
• los pensamientos
• la realidad exterior de cada persona.

Es decir, la calidad de tus emociones y sentimientos influye en la calidad de tus pensamientos. Y es a través de tus pensamientos que estás construyendo constantemente tu realidad exterior y tu entorno material, lo cual sucede también de manera inversa. El resentimiento y el perdón tienen un efecto directo en tus emociones y sentimientos, y de esta manera afectan, ya sea positiva o negativamente, a tus pensamientos y a tu realidad exterior.

Los seres humanos nos somos esclavos, somos creadores. Cuando vivimos instalados en las redes del resentimiento y no creamos, destruimos: Tú eres constructor o destructor de tu propia vida, y el resentimiento o el perdón van a teñir de un color diferente la arquitectura de tu diario vivir.

Jesús dijo “Por tus palabras serás castigado o premiado, pero no por lo que tus labios digan, sino por lo que tu corazón siente”. Si tus pensamientos son de odio, resentimiento o desamor, tus pensamientos, tus obras y tu vida, en general, serán de infierno, caos y destrucción. Si inyectas un poco de amor, de perdón en tu corazón, tus pensamientos y tus acciones serán de vida, de construcción y tendrán un sentido supremo que te impulsará a la humanización.

La pregunta es ¿Cómo se perdona?


ENERGIA POSITIVA Y NEGATIVA

Las emociones y sentimientos (positivos y negativos) son energía, por lo que pueden ser agradables o desagradables, pero no significa que sean buenos ni malos, solamente depende del uso que se les dé. De la misma manera en que cualquiera de nosotros diría que el fuego es bueno, pero una persona que haya tenido una experiencia traumática con el fuego puede decir que es mala.

El ayer, cuando volteas hacia él para aprender de tus errores, es tu mejor universidad, sin embargo si volteas para contaminar el hoy, es tu peor enemigo y se llama resentimiento.

Esta energía negativa de la mente que no es mala cuando la sabes utilizar, pues te permite aprender de ella, de tu pasado y tus errores, es la que hace posible comparar el avance y los logros de hoy. En cambio el resentimiento no tiene perspectiva, no sabe si ha avanzado o no porque no discrimina tiempo, simplemente te hace re-sentir el ayer.


ENERGÍA NEGATIVA

La energía negativa, en cualquier nivel que se manifieste en la naturaleza, contiene tendencias destructivas, caóticas, que impulsan hacia la destrucción y la muerte. Esta energía actúa en tu mente e influye en que tus emociones, tus sentimientos y tus pensamientos sean caóticos, destructivos y generan un conflicto eterno, un quiero pero no puedo, o puedo pero no quiero, un sí pero no. Esta energía la nutre el desamor y genera un gran miedo, angustia e inseguridad, tanto así que te invita a callar lo que quieres gritar y a esconderte tras mil máscaras. Vivir alentados por esa energía negativa destructiva de nuestra propia mente es existir, pero no vivir. Aquí caminas siempre sin encontrar, con las manos vacías y el corazón seco. De lo que pretendes escapar te atrapa con cadenas y candados.

Vamos a ver cómo funciona esta energía negativa en la mente:

1.- Vives contra tu propia corriente, dándole la espalda al sol y perdiendo lo que más buscamos y que por derecho nos corresponde. Buscamos amor y encontramos desamor, buscamos compañía y encontramos soledad, buscamos dinero y encontramos deudas. Esta energía es egocéntrica pues solamente piensas en ti, lo que genera una gran tensión y una gran desconfianza.
2.- Pero igualmente, como sucede con todas las energías, llega un momento en que viene otro caudal de pensamientos como olas incesantes que te armonizan aunque sea temporalmente. Es cuando dices que el lunes comienzas, que vas a volver a empezar, etc. Estos son impulsos contrarios a la destrucción.

3.- Luego vienen otros movimientos como olas que te hacen pensar que estás bien, que te elevan y crees que no hay nadie como tú, que tu vida es un paraíso y tu hoy es inmejorable. Te olvidas del dolor y del sufrimiento ajeno, te olvidas que formas parte de un todo universal y vuelves a caer en tu egoísmo.

4.- Como esto es dinámico, hay otra ola que te impulsa hacia la caída y no te explicas por qué. Y de esta manera el ciclo se repite constantemente.

Es precisamente por ignorancia, inconsciencia de la dinámica de la mente, en la cual existe un continuo movimiento como las olas del mar, donde las olas que se elevan tienden a bajar. Es necesario hacer un enfrentamiento genuino con nuestras emociones y nuestros sentimientos, pues como vimos anteriormente, no es suficiente con un poco de motivación y pensamientos positivos.

Así funciona la mente cuando está regida por las leyes del desamor que es la energía negativa que nos pone en contacto con nuestra realidad material y con nuestro ayer. Es como un mar alterado, ya sea de marea tranquila o caótica, pero siempre conflictiva cuando esta regida por el resentimiento.


ENERGÍA POSITIVA

Sin embargo, cuando logramos entrar en las profundidades de nuestro ser, al igual que en las profundidades del mar, existe una corriente que nos mueve lentamente, pero no es caótica ni conflictiva, sino tranquila y armoniosa. Jesús lo decía cuando hablaba del Reino de los Cielos, un Reino que no es de este mundo. El Reino de los Cielos que Cristo anunciaba se encuentra en el interior de cada uno de nosotros, en lo profundo de nuestro ser. Vivir ahí es vivir la fuerza que mueve al mundo.

La energía positiva no solo son pensamientos positivos sino sobre todo amor genuino y verdadero. Es importante aprender a sentir el amor de la vida que fluye en nosotros. Aprender a amarnos a nosotros mismos, amar a Dios y todas las oportunidades que nos brinda cada día, amar a nuestros semejantes, a todo lo que te rodea y de manera muy especial a nosotros mismos, lo cual se logra a través de conocer nuestra vida interior.

Cuando vives en el amor la contradicción de la mente se detiene, dejas de sentir culpa y entiendes a los demás.

¿PERO CÓMO DEJO DE RESENTIR?

Resentimiento, como su nombre lo indica es volver a sentir. Es decir, traer el pasado al día de hoy. El resentimiento no puede vivir el hoy, pues vive en el ayer. Se nutre del pasado, contamina tu hoy y te angustia por el mañana.
¿Por qué el resentimiento genera infierno? Porque te impide aprender de las experiencias, que es lo único que tenemos para evolucionar como seres humanos. Una persona resentida jamás puede evolucionar; se queda anclada en ese ayer que contamina, que duele y que lastima.

El resentimiento es para el alma lo que el agua de mar es para la sed.

Si ya has decidido que no vale la pena, no tanto por la magnitud del daño que te hayan hecho, sino porque tú mereces ser libre y ser feliz, entonces has dado un gran paso. Date cuenta que nada, por grave que sea, puede hacerte esclavo para siempre cuando tomas la decisión de que no sea así.

El resentimiento no puede vivir en el hoy. El primer paso es vivir en el hoy. Solo por hoy me propongo ser feliz, solo por hoy veo lo bueno, el ayer es solo aprendizaje pero y ya nunca más me tortura. En este momento hay algo en el alma que se acomoda. Te das cuenta que si has llegado hasta tu hoy es porque eres alguien especial. Al vivir tu hoy te pones cara a cara con la vida y con Dios.

Hay otro camino para liberarte del resentimiento: El amor y el desamor se transmiten desde la concepción a lo largo de toda nuestra vida. Trata de ver las circunstancias de la persona que te lastimó, sus recursos, su desamor y que te preguntes honestamente qué hubieras hecho en su lugar. Es importante hacer esto con empatía, pensando como él y no como tú. Es probable que siendo honestos contestemos “seguramente lo mismo y, tal vez peor.”

Esto es darnos cuenta que como seres humanos venimos repitiendo los errores que aprendimos de manera inconsciente. Somos repetidores de desamor. Entonces la respuesta a la pregunta de ¿qué es perdonar? se responde a sí misma: Perdonar es darme cuenta de que ni siquiera había una razón para perdonar, porque yo, en su lugar, hubiera hecho lo mismo, o tal vez algo peor.

Si aún no puedes perdonar: Piensa en Cristo en la Cruz, cuando ningún dolor le era indiferente, y sus últimas palabras fueron “Padre perdónales, porque no saben lo que hacen”.

Hoy nos damos cuenta que quien vive en la inconsciencia no se da cuenta de lo que hace. Cualquiera de nosotros podríamos haber sido quien le atravesara el corazón con la lanza. Día a día atravesamos su corazón.


FALSOS PERDONES

Perdonar, sin olvidar, definitivamente no es perdonar. “Ya estás en Alcohólicos Anónimos, ¿qué no te acuerdas de todo lo que hiciste? Sí, ahora eres muy bueno, pero acuérdate de todo lo que hiciste ayer”

Ese perdón no es perdón, y solo significa almacenar resentimiento, odio, desamor, para sacarlo ante la más mínima oportunidad como puñal que lastima. Es saber que tienes a alguien, como se dice vulgarmente, agarrado del pescuezo. Es querer dominar, sobajar a los demás.

Hay otro tipo de perdón: como si estuvieras entronizado. Como concediendo un favor. Esto es hacer más grande la venda del autoengaño, olvidando que no solamente has sido víctima, sino también victimario. Quien perdona así se ha engolosinado haciendo sentir mal a los demás, con un aire de superioridad que no logra ocultar el miedo y la inseguridad.


¿SI PERDONO A ALGUIEN QUE ME HA HECHO MUCHO DAÑO ME SEGUIRÁ HACIENDO DAÑO?

Perdonar es liberar nuestra alma del resentimiento, entender al otro y decidirnos a vivir nuestro hoy y lo que la vida nos regala cada día. Es importante diferenciar el perdón del hecho de saber poner límites a nuestros semejantes y a nosotros mismos para que el círculo vicioso del desamor se interrumpa. Son dos cosas distintas e importantes de saber utilizar para abrir un espacio de amor en nuestro interior.

Bibliografía:

- LEVINSTEIN, Raquel, “El Infierno del Resentimiento y la Magia del Perdón”, Editorial Panorama, México, Vigésima séptima reimpresión, 2006.